viernes, 1 de julio de 2022

A vueltas con el aparcamiento en el Centro

Empieza el mes de julio y retomo este blog para realizar anotaciones al margen (como aquel copista medieval) sobre los asuntos políticos de interés local. Y empiezo con el siempre polémico, pero asumido por todos, tema del aparcamiento "concejil". Algunos pensarán que soy un pesado con este tema, pero es que tras más de tres años como concejal sigo sin entender la razón que ha llevado siempre a la Corporación local (sea en el gobierno o en la oposición) a tener este privilegio por encima del resto de vecinos y vecinas. Lo vuelvo a explicar para los que no lo conozcan de forma resumida: al empezar la legislatura 2019-2023 nos dan la posibilidad de disponer de una plaza de aparcamiento gratis para TODA la Corporación y ahora en el mes de julio cada año nos ofrecen además la tarjeta de residente para poder acceder al Centro Histórico una vez puesto en marcha los cortes de tráfico de verano.

Llevo, como he dicho, tres años y pico de Concejal y os puedo asegurar que he confirmado mis sospechas planteadas en este mismo blog a principio de la legislatura (bajo el título de otra entrada denominada "¿Por qué renuncio a la tarjeta concejil de aparcamiento?"): para un concejal en la OPOSICIÓN este aparcamiento es un lujo innecesario por varios motivos: 

1) Durante todo el año no hay ningún problema de aparcamiento en la zona del muelle deportivo y alrededores.

2) La media de asistencias a reuniones en el Castillo de Luna (comisiones, plenos, juntas...) es de 3 o 4 al mes.

3) En verano se paga en el muelle y zona azul, es verdad, pero es un periodo espectacular para ir andando, bici...

4) En verano se corta el tráfico del Centro Histórico, pero qué bien sienta ese paseíto sin coches.

Entiendo que un Concejal del equipo de gobierno con distintas Delegaciones Municipales a su cargo (en distintos puntos de Rota) necesite agilidad para moverse con el coche (que tampoco es la única opción...), pero sigo insistiendo que para un Concejal en la oposición es un lujo innecesario, así que en estos días atrás he vuelto a renunciar a la tarjeta veraniega para poder acceder al Centro. En el momento de renunciar estaba conmigo un compañero que me daba la razón y añadía una posibilidad que ahora planteo en voz alta: ¿por qué no se da autorización solo para los días que hay pleno, reunión...? Pues es verdad. Aun así renunciaría, pero, al menos, el privilegio se acortaría a los días mínimos y necesarios. Aquí lo dejo.